A diferencia de lo que sucede en otras regiones del mundo, en Latinoamérica el fantasma de la transgresión a los derechos humanos se resiste y toma fuerza, pues la decisión de los fumadores para utilizar mecanismos para combatir el tabaquismo está lejos de ser respetado y promovido por las autoridades, ante la serie de disposiciones en contra de los instrumentos de riesgo reducido, como los cigarros electrónicos y vaporizadores.
Por ello, ante el compromiso para defender el derecho a la autodeterminación, la organización civil sin fines de lucro Razón, Autonomía y Derecho (RAUDER), realizará la segunda edición del “Foro Latinoamericano Nicotina y Reducción de Riesgo: Ciencia, Regulación y Activismo”, que tendrá lugar el próximo seis de febrero en la ciudad de Panamá.
Rafael Lara, presidente de la institución y maestro en Derecho con especialidad en Derechos Humanos, dijo que la decisión de llevar a cabo el foro en la capital de Panamá responde a la necesidad de realizar un contrapeso informativo a la celebración de la décima edición de la Conferencia de las Partes del Convenio Marco para el Control del Tabaco (COP10), de la Organización Mundial de la Salud, que tendrá lugar del cinco al 10 de febrero en esa ciudad.
Y lo que sucede, es que ante la opacidad y secrecía que ha caracterizado a las ediciones anteriores de la cumbre de la OMS y la intención de equiparar a los vaporizadores con cigarros de tabaco, resulta urgente exponer a la opinión pública una postura diversa a la restricción de las libertades para que los fumadores puedan apoyarse en instrumentos que han demostrado científicamente su eficiencia para combatir el tabaquismo, como el caso de los vaporizadores.
En países como Francia y Nueva Zelanda, los vaporizadores son parte de las políticas públicas de la estrategia de las autoridades para combatir el tabaquismo. En Suecia, dichos dispositivos electrónicos han contribuido para lograr que dicha nación se enfile a constituirse como un país libre de humo de cigarro.